En su claro afán de reducir el daño económico, el Banco Central Europeo permitirá a las entidades bancarias utilizar préstamos de baja calidad como aval para hacerse de liquidez. Es decir, se han rebajado las exigencias que se le solicitaba a las entidades a la hora de solicitar créditos al Banco Central. Asimismo, aumenta la cantidad de créditos que los bancos podrán dar a pequeñas y medianas empresas, por lo que podrán asumir más riesgo.