La subida de los tramos más altos del IRPF y del Impuesto de Sucesiones, así como la reacción de nuevas tasas ambientales, es la última baza que ha ofrecido el Govern de JxCat y ERC a los socialistas, los comunes y la CUP, con el fin de alcanzar un pacto presupuestario a lo largo de este otoño.
Esta semana han arrancado formalmente las conversaciones entre el ejecutivo de Quim Torra -que está en minoría-, y los grupos de la oposición, y por ahora se presentan muy complicadas. Cataluña lleva dos años consecutivos con las cuentas prorrogadas y ERC ya ha dicho que si en 2020 sigue sin haber presupuestos, el presindet debería someterse a una cuestión de confianza.
De perderla, los republicanos defienden un adelanto electoral, pero los neoconvergentes ya han dicho que no están por la labor. Ambas fuerzas también discrepan sobre como el independentismo debe reaccionar ante el fallo del Tribunal Supremo (TS) sobre la votación ilegal del 1-0, previsto para el próximo octubre. El único punto de acuerdo entre los dos socios es llamar a la movilización -que ya han bautizado como un "tsunami democrático"- pero los puntos de acuerdo se acaban aquí. JxCat aboga por la "confrontación! que ERC rechaza.
Todo este contexto hace que la negociación presupuestaria sea muy tortuosa. Para intentar desvincular las cuentas de la situación política, el equipo de Aragones ha empezado los contactos mas pronto que otros años. La reunión con la CUP se hizo el marte, y ayer despacho con el PSC y los comunes.
(Información proporcionada por el REAF- Registro de Economistas Asesores Fiscales)